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Aprendizaje y emoción – clown 2

Ochenta y ocho horas

Año nuevo y trimestre nuevo de clown en la escuela del circo. Durante las fiestas del fin de año, hice tiempo para reflexionar sobre mi aprendizaje durante los ochenta y ocho (sí, ochenta y ocho – 88) horas de clase de clown del otoño 2019

De septiembre a diciembre participé en 3 cursos intensivos de fines de semana en la “Escuela de Clown, los hijos de Augusto“:  “Clown, navegante de las emociones” (curso básico); “La payasa de cada mujer”; “Clown para la transformación social”. Además las clases semanales de clown en el Espai de Circ y un cursillo de cinco semanas “Saca la payasa que llevas dentro” con la profesora de la “Escuela de Clown, los hijos de Augusto” en la “Unitat d’Igualtat Maritim” en el Cabanyal.

¿Lo ves? Me siento obsesionada. Enamorada. Me vuelvo loca por hacerme clown.

Confesiones

Confieso que también me espanta lo tanto que me gusta este pasatiempo nuevo.

Temo que estoy poniendo demasiada atención a algo que sólo es un pasatiempo y que debiera dedicar más tiempo a mi trabajo actual (el que me ayuda a ganarme la vida). Y a la vez veo muchas conexiones con el clown y el trabajo que hago. Pero ¿no es un lujo dedicar tanto tiempo a algo que sí me sirve pero también me quita tiempo? No me aporta beneficios monetarios pero sí psíquicos.

Me hace feliz. Y no sólo feliz, estudiar clown me está enseñando a sentir mucho más las emociones y gestionarlas, jugándo con ellas. ¡Me siento más humana siendo payasa! Puede ser divertido o no. Pero siempre es interesante.

Estoy desaprendiendo a dejar, que convenciones sociales sean mi guión, estoy aprendiendo que no hay nada que aprender o planificar. El clown no tiene que inventar bromas divertidas para hacer reír a la gente. Hacer de clown es volver a nuestros orígenes y descubrir nuestra propia esencia. No hay nada que componer o ensayar, porque nuestro payaso interior ya vive dentro de nosotros es sólo cuestión de sacarlo.

Y eso es lo que me espanta. La libertad. Ser yo. Me espanta.

Es como visitar otro país, menos que este otro país que, es mi mundo interior. Ya a mi edad es tiempo de conocerlo ¿o no? Pues, la verdad no sé pero este viaje por el mundo clown está en marcha y no tiene paradas previstas.

No me sorprende

Me agrada muchísimo pero no me sorprende este regalo del universo: descubrir el mundo del clown en Valencia.

Cuando vivía en Londres pisaba el camino de payaso y me gustó pero no me apasionó como ahora. Estudié con mi amigo el payaso y el académico Jon Davison y participé en el ejercito payaso. Sí, el Jejejército, jejeje. Uno como este.

Experiencias agradables pero no me conquistaron como ahora.

Las clases estaban bien, eran dirigidas más a una actuación o un performance. Estudiábamos cómo conectar con el público con risa o con cuentos improvisados. Que es muy payaso pero faltaba la profundidad psicológica que añaden a la lección mis profesores de Valencia.

El ejejercito payaso estaba bien también pero faltaban más oportunidades. Salí sólo tres veces y a mi me gustó. Los juegos para ocupar espacio, las dinámicas para calmar a la gente en momentos de tensión y las conversaciones con las autoridades. Todo era muy guay y un servicio divertido al público. Nos preparábamos para las acciones del ejercito payaso con un poquito de trabajo interior pero no tan profundo como lo hacen mis profesores de ahora. Este equipo sí tienen formación en psicología y se nota.

Clowns, emociones y acciones

A lo largo de los años he hecho varios cursos en psicología, teatro, terapias de movimiento, etcétera que en conjunto veo que me aportan una base más firme para mis estudios de clown. ¡Yupi, otro regalo inesperado!

Según “La Poetica del Clown” las emociones del clown son su plataforma de acción, es decir, detrás de cada acto hay una emoción que lo motiva. Y no es sólo el clown. Quizás no estamos conscientes pero las emociones influyen las decisiones de personas no payasas también.

Hacer clown me ayuda a saber como hacer este dialogo entre mis emociones y mi mente consciente e inconsciente. Y simultáneamente tener presente a mi payasa que ponga congruentemente las emociones y el comportamiento. Que no es fácil. Son cosas que normalmente no se aprende en la escuela, la sociedad o la familia.

Nuestras emociones transmiten mensajes entre nuestras mentes inconscientes y conscientes y nos dan información y habilidades que necesitamos para enfrentar situaciones de la vida cotidiana. Existen prejuicios de que hay emociones “buenas” o positivas y emociones “malas” o negativas y por eso no es fácil acomodar una vida emocional amplia porque nuestra programación social no nos las han enseñado.

La verdad es que todas las emociones son necesarias incluso cuando son incómodas o socialmente inapropiadas. Cuando podamos tratar nuestras emociones como aspectos esenciales de nosotros mismos, como nuestro lenguaje personal, comenzaremos a vivir una vida más autentica e integrada. Lo que el estudio del clown me da es una lupa para ver mejor y entender a un nivel práctico y personal mi vida emocional y como trabajarla completamente. No suprimir las partes desagrades. Hay aspectos del clown que me hacen pensar mucho en la presencia plena. Que es un tema para otro día.

Herramientas principales de mi payasa

Volviendo al tema de hoy. ¿Qué he aprendido durante mi otoño de “clown” 2019?

Para consolidar e integrar el aprendizaje de los últimos cuatro meses, me preguntaría si tuviera que resumir los puntos más importantes que aprendí ¿cuales serían y cómo se los podría explicar a otra persona?

Resultó esta gráfica con estos tres puntos: su inteligencia payasa, su corazón payaso y su cuerpo. Destaco que estas son las tres herramientas principales de mi payasa y que corresponden a las facetas de mi carácter que la payasa me ayuda a sacar de mi sombra y llevar a la luz pública. Soy experta en mi payasa y creo que cada “clown” tendrá sus proprias. Las mías son:

Una profesora me comentó que tengo a la payasa muy presente y que mi trabajo es hacerme más consciente de ella, y que mi niña interior es la base de mi payasa.

Suena como una reseña de horóscopo más lectura de tarot con un toque de psicoanálisis, ¿verdad?

Con más reflexión creo que entiendo los comentarios en cuanto a mi vida y me ayudan también a conocerme más y sacar mi payasa. Me sirven como migas en el camino de payaso, guiándome a no sé donde pero espero que sea a un lugar donde pueda coger un mapa para este viaje payaso, jajaja. ¿Existe tal cosa?

Hasta la próxima transmisión payasa, gracias por leer.

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